martes, enero 31, 2006

siete

sólo nos queda el silencio, arma infame, dolorosa y sin compasión. nada responde a mis débiles gritos desesperados pidiendo ayuda, ni siquiera la más minúscula de tus intenciones.
hubo otros tiempos en los que los pies fríos no existían, en el que no existían silencios, en el que ninguna palabra, ningún gesto eran ignorados.
no quiero alejarme, y sin embargo me alejo. una nueva vida me espera, nos espera, tira de nosotros, y yo no tengo claro nada, porque, tal vez este tirando de mi demasiado fuerte, o tal vez yo no pueda soportar ni un pequeño atisbo de vida que tire de mi para alejarme de ti.
y sin embargo me dejo llevar, soy consciente de que mi marcha ya ha empezado, cierro los ojos y ya no hay brusquedad, la pena empieza a desvanecerse como la neblina de la mañana, como un suspiro que se escapa de tus labios, como un reproche que he dejado de escuchar.
múltiples organizaciones afectan a múltiples públicos.