escuece, pero hay que borrar esta marca del diablo de mi frente. escuece, pero es necesario este sufrimiento para sanar. escuece, pero nada comparado a otro clase de dolor.
estoy resguardado en esta toalla, con el calor de la ducha con agua caliente. dos hilos de mi toalla juegan entre ellos. se juntan por momentos, se separan después, acompañados por la leve interrupción molesta y ruidosa de mi respiración. se abrazan y se separan, bailan, tienen vida. mi ojos bizquean observando sus movimientos lentos, acompasados, me quedo alelado, asombrado, incapaz de moverme...
y me vuelve a escocer la marca del diablo sobre mi frente.
puede que tenga que seguir llevándola el resto de mi vida, lo acepto, es lo que me toca, ser uno de los hijos del diablo en este mundo...
y pienso que todo podría ser peor, que podría ser como tu.
escuece, todo escuece, desde la frente hasta allí dónde se me pierde el alma o lo que sea que me duele tanto.