he quedado con un amigo del barrio para tomar unas cañas, es viernes, son las doce, pedimos dos cañas. mi amigo observa los vasos de caña en la barra.
- ayer fue uno de los peores días de mi vida...
- ¿y eso?
- verás, ¿te acuerdas que te dije que ayer iba a ver a diana?, pues siempre me ha gustado, pero hasta ayer nunca me había dado cuenta de que es una mujer inalcanzable para mi.
- no digas tonterías...
- no, no, no, lo digo en serio, ¿vale? no es la tía que esté más buena del planeta, bueno, quiero decir, es guapa y todo eso, pero no es de ese tipo de chicas que salen en las revistas de mujeres... no sé si me sigues.
- sí, te entiendo.
- ayer en la fiesta en la que diana inauguraba la tienda, yo guardaba esperanzas de que pasará algo, el fin de semana anterior me vio por la calle y me dijo que teníamos que hablar, y que lo había dejado con su novio.
- no lo sabía.
- pues resulta que ella me dice eso, y la verdad, yo siempre había pensado en esta situación, pero, o yo salía con alguien o era ella la que andaba con otra persona. ayer estaba guapísima, lo digo en serio, estaba preciosa de veras, y vino metida en ese increíble vestido verde a saludarme y a darme las gracias por haber ido. yo hablaba con ella y de pronto viene el ex novio a saludarme, yo saludé pero no entendía nada, ella me dijo que además habían acabado mal. tras fingir un poco, pensé, bueno tal vez el tipo se vaya después... ¿otras dos?
- sí, (al camarero) dos cañas alfonso, por favor.
- bueno, el grupo de amigos iba desapareciendo, y tan sólo quedamos unos pocos, el ex incluido. dijeron de irnos a cenar, yo dije que no iba, ya empezaba a sentirme desplazado, y se lo dije a diana. ella me dijo que por favor que fuera, que después de cenar volveríamos al barrio. yo sabía que no iba a ser así...
- ¿cómo?
- lo vi en sus ojos, sabía que eso no iba a pasar, y aún así acepté. precisamente porque no podía dejar de mirar aquellos ojos... mientras íbamos al restaurante ella me dice, todavía no sé que cojones hace este aquí, refiriéndose al ex. fuimos a cenar, nos reímos, yo la miraba de vez en cuando, intentando evitar que cualquiera pudiera darse cuenta. ella a veces también me miraba y me sonreía, y yo pensaba que iba a venirse conmigo al barrio y una vez aquí la podría invitar a algo, pero por otra parte seguía pensando que era mentira, y me auto engañaba...
- ¿qué paso luego?
- acabamos de cenar, unos se fueron de copas y diana decía que se volvía conmigo. estábamos despidiéndonos de otra gente, y ella se puso a hablar con el ex, en ese preciso instante me di cuenta de que ella no iba a venir conmigo. yo, observaba esa conversación que sucedía justo enfrente de mi, aunque no escuchará nada y mientras intentaba dar conversación a dos personas... ¿otras dos?
- ¡claro! (al camarero) pon dos más por favor.
- llegados a este punto, ella se giró y me dijo que se iba con el ex a las fiestas de chueca, me dijo que quedábamos el domingo, le dije que sí, aunque sé que no llamará. yo me fui para casa, pensando que hice el ridículo, haciendo más de la mitad del camino andando y sintiendo lo que antes te decía, sintiendo que diana es una mujer que nunca será mía, que aunque yo le guste, que no creo que sea así, y ella me guste a mí nunca jamás nuestras vidas se unirán hasta tal punto de ser la misma...
- suena triste...
- ya, bueno, habrá que aceptarlo... y a ti, ¿qué te ha pasado en la mano?
- ayer era la inauguración de la exposición de elia... me estaba duchando, con los clavos que tengo en la pierna me tengo que duchar en una banqueta de plástico, de esas de los chinos... las patas se doblaron y me rajé la mano con la mampara de cristal que destrocé con la cabeza antes de darme un golpe en la coronilla con el suelo de la ducha... y me quedé como una tortuga en el suelo del baño maldiciendo mi invalidez temporal para moverme, y por extensión, de mi invalidez para la vida...
- ¡joder!... alfonso, dos cañas...