durante toda la tarde sigo el vuelo de una mosca. mi cansancio apenas me permite poder hacer otra cosa, no es entretenimiento, es absurdo. ella va sin sentido de un lado a otro de la habitación, mis ojos la siguen sin sentido de un lado a otro de la habitación. yo voy cerrando los párpados, tarde o temprano yo me dormiré y la mosca se irá. lo último que veo antes de dormir son los dedos de mis pies, allí se posa la mosca y yo duermo.
lo primero que veo al despertar es una tormenta, no me doy cuenta de la ausencia de la mosca hasta que me levanto del sofá. las tardes de verano con su sopor regresan a la vida del hombre.