una luna partida por la mitad guía mis lentos pasos hacía casa. no puedo evitar tener todavía tu gusto en mi boca, tampoco quiero dejar de tenerlo. esquivo una pelea de sudamericanas y continuo mi pesado caminar, en medio de la noche. desde que estoy cojo, el delito ha aumentado en esta ciudad, algún día te explicaré porque. hacía tiempo que no era capaz de abrir la puerta de casa con una sonrisa, sin haber bebido una gota.
al tumbarme en mi cama, un ejercito de polillas me rindió pleitesía, me alzaron y me tumbaron, cogieron la sabana y me taparon, luego desaparecieron por la ventana y apagaron la luz.
no se me ocurre mejor manera de morir, yo te ahogaré entre mis brazos, tu puedes clavarme un puñal en la espalda.
“los más hábiles dejamos pasar los abriles inmóviles para no quedar como giles, y así ya no me enamoro de nuevo, y así ya no me enamoro de vos de nuevo.”