lunes, febrero 20, 2006
el pantano
no existe el tiempo, no hay televisión, apago el teléfono durante todo el fin de semana. ya lo necesitaba, desaparecer, desconectar, salir de madrid.
el viento sopla con fuerza, es capaz de moverme. intento andar algo, y todavía sigo sin saber que es lo que le pasa a mi rodilla.
pequeños paseos, cortar algo de leña, dormir, leer,... no hay más opciones por aquí,... beber cerveza y andar un poco colocado, y fuera el viento trae lluvia, el calor de la casa es reconfortante.
la segunda noche pasará sin frío, cerrando los ojos y a mis oídos llegan los sonidos del viento moviendo las ramas de los árboles.
amanece un día precioso y mis ganas de moverme no existen, mi cicatriz de la rodilla se ha puesto roja, leo, miro por la ventana, escucho y observo a la felicidad que ronda por la casa, ni siquiera había echado cuentas del tiempo que llevaba conmigo, me doy cuenta en la soledad de este paisaje.
en somosierra piso la nieve por primera vez en todo el invierno, hundo mis dedos en ella hasta dejar de sentir mis manos.
empieza la semana, estoy descansado, feliz, una sonrisa luce en mi cara, a pesar de que mi rodilla se empeña en recordarme que nada será eterno, ni siquiera el dolor.