pasa el tiempo poco a poco, y no puedo evitar pensar que, un día, tu te sentirás vieja y te encontrarás sola y seguro, seguro pensarás en lo estúpida que fuiste. empezarás a peinar tus canas en la soledad de tu casa, mirándote al espejo, preguntándote si yo peinaría ahora tus canas. y sabrías que seria así, que siempre iba a estar a tu lado. llorarás al sentirte sola e incompleta en un mundo que decidió darte la espalda.
echarás de menos las cosas que podrías haber hecho cuando eras joven con alguien que realmente merecía la pena, igual que yo lo echaré de menos.
y yo también seré viejo, y te echaré de menos como lo hago ahora, pero ya nunca más nos hablaremos, porque ya somos dos viejos tercos incapaces de soportar a alguien, y mucho menos de soportarnos a nosotros mismos. pasarán diez años y ni siquiera lo notaremos, pasarán veinte y empezaremos a darnos cuenta. llegaremos a que pasen cuarenta años para volver a echarnos de menos el uno al otro, para no reconocer el oxigeno si no estamos el uno al lado del otro.
desaparecen tus bolsillos llenos de caramelos para los nietos, llenarás tu casa de gatos y yo, de basura.