me doy cuenta de que todo se está torciendo, intento incorporarme en la silla, pero yo estoy recto, creo que me siento algo mareado. todo el mundo se va torciendo, y de verdad que yo estoy recto. alargo el brazo, para poder ver mi mano, y es blanca, pálida, y tiembla.
sigo escribiendo y el sudor frío se escapa por mi frente, creo que ha llegado el momento de irme a la cama y ver que pasa, y comprobar si todo se estabiliza, olvidarme de todo y dormir...