casi, casi… ayer estuve a punto de entregar mi corazón. no sé, a lo mejor fue un momento de debilidad, tal vez me sentía solo. hubo un momento a las seis de la mañana que casi pierdo el corazón. al despertar, el alivio fue mayúsculo cuando, de un bolsillo del pantalón, cayó al suelo mi pequeño corazón, con sus luces todavía encendidas.
esto nunca sucedió, tuvo lugar durante un flashazo dentro de mi cabeza.
- toma
- ¿que es?
- mi corazón. guárdalo. la próxima vez que me veas dámelo.
podría haber pasado, pero no fue así. nadie apareció, no encontré a nadie a quién dárselo, a nadie que lo mereciera.
el servicio de limpieza barre las calles, las lustra para un nuevo día, nadie se percata de mi presencia. la lluvia mojó mis zapatillas, el sol comienza a salir.