resoplas, y me confiesas que pasas más horas en el zoo que en casa. yo, trato de pensar en algo rápido... yo, si tuviera que elegir un sitio para estar, seria en el zoo... si no fuera porque me prohibieron la entrada... logro captar tu atención y por fin levantas la mirada. ¿qué dices? ¿qué clase de pasado tienes?
no es tan raro... verás...
una vez fui al zoo, no es que tuviera grandes planes para ese día, en verdad, no sabía que hacer, así que me fui a dar un paseo al zoo. paseaba entre todos esos animales y, de vez en cuando, me quedaba un rato observando a algún animal repitiendo la misma frase... estáis presos.
se lo dije a los pingüinos, a los leones, a los elefantes, a los loros,... se lo dije a tantos... llegué a la jaula de los monos, uno de ellos me miró y le dije, estáis presos... el mono estaba jugando con una rama, la soltó y vino hacía mi.
tu también lo estas, pero tu jaula es mucho más grande... escuché perfectamente cómo lo decía, mi mente se quedó en blanco, no podía replicar tal genialidad venida del mono... él seguía mirándome, le dije, huyamos. sonrió y dijo, no puedo dejar a los míos aquí... está bien, vámonos todos.
y les ayudé a escapar. lamentablemente, la fuga no funcionó bien, debido a su carácter espontáneo e irracional, pero así tenía que ser. nos alcanzaron a todos antes de cruzar la puerta del zoo. nos metieron, sedados, de nuevo en la jaula. me costó tiempo despertar y convencerles de que yo era un autentico homo sapiens, al menos en apariencia. a partir de entonces tengo prohibida la entrada en el zoológico...
te ríes, sonrío...