ahora crees en la revolución. me confiesas que pretendes que yo participe contigo en tu particular revuelta contra lo establecido, y me miras convencida de tus palabras. nunca supe decirte que no, y por eso, aunque yo no conteste nada, sonríes y saboreas triunfadora el éxito. yo pienso que ya deberías estar acostumbrada a este tipo de éxito, a que acceda a cualquier proposición que hagas.
sin darme cuenta, me embarco en otra revolución. yo, que estuve en tiananmen. logras engañarme a mí, que participé en la revolución de los claveles y tiré adoquines en mayo del 68.
cuando quieras cesar con tu ilusión de acabar con todo, tan sólo tienes que decírmelo, aquí estoy, pondré la mejor de mis sonrisas cuando tus órdenes se contradigan, cuando suenen absurdas,...
ya estoy esperándote en tu portal, desempolvé el palestino, iré contigo. la policía nunca te cogerá, yo me quedaré a distraerlos, ya no puedo correr.
pero cuando vuelva a casa, espérame con esa sonrisa y dime, ¿sabes? fue una tontería lo de la revolución.