mientras hablo contigo el nerviosismo recorre cada rincón de mi cuerpo, intento auto controlarme y no decir nada de lo que en realidad, me gustaría decir. lo hago para no parecer patético, para no mostrarme ante ti como un enfermo, aunque sepas que lo soy. intento utilizar las palabras justas, intento sacar temas de conversación. me acordé de ti el otro día... no hay ninguna novedad, pienso en ti cada día, desde que me levanto hasta que llega la hora de acostarme. tu casi no preguntas nada, permaneces distante, y es lógico, y es normal. pienso en las caras que pones cuando hablas, en tu risa, en los momentos justos en los que parpadeas.
tras hablar contigo me invade una extraña serenidad, una tranquilidad que sirve para auto engañarme y pensar que aún no ha acabado. luego el dolor viene a devolverme a mi sitio, me hace ver que sí, que todo acabó hace ya mucho tiempo, cuando los glaciares empezaron a formarse.
y te echo de menos, y me doy cuenta de que soy un ser patético, deforme, anormal, egoísta, estúpido y triste.