está desnuda, delante de mí, y no existe nada de extraño en este hecho. ella es igual a mí, ya conocía su cuerpo desnudo en la oscuridad. avanza hacía mi, y me abraza, y desnudos permanecemos en la noche de su habitación. no me gusta bailar, y bailo pegado a ella. y creo que los dos nos damos cuenta, a la vez, de que en realidad, si sonaba una canción. a veces sonaba alguna canción nueva, otras veces se repetía la más importante, la que escuche cuando nada sonaba, la que me impedía escuchar algo más.
he pasado uno de los días más felices de mi vida, y sin embargo hoy, mi mejor regalo han sido recuerdos. una voz, un olor, una mirada, una imagen que sigo ubicando dentro del cerebro. recuerdos que nunca se irán, que nunca borraré, que no deseo acabar con ellos.
yo sigo viéndote, me fijo en los reflejos de los cristales en la calle y sigues caminando a mi lado, con un granizado de limón.