¡chica! no sabes cuanto se alegra el día cuando te veo, cuando, al menos, puedo escuchar tu sonrisa desde la otra punta del comedor... y ya había pasado un tiempo sin que te viera, y otra vez volvía a pensar en la monotonía de la vida en general, y de repente empiezo a pensar en que me gusta tu chaqueta, y el color de tu jersey, y como llevas hoy el pelo, y tu olor que viene a mi nariz,... me gustan hasta tus zapatos, que me dejan ver los colores que intentan escapar de tu calcetín.
hacía mucho tiempo que no venias por aquí... estuve siguiendo el camino de baldosas a amarillas que me lleva hacia ti...