martes, febrero 19, 2008

mañanas

el olor a lluvia entra en la habitación, ya debe haberse despertado mi madre. doy otra vuelta más en la cama. tengo la puerta cerrada pero sigue entrando frio.
mi madre deja notas sobre la mesa, con letras que parecen hormigas, me dice que desayune, que tengo zumo, café y bollos. cuando acabe de trabajar y regrese a casa me preguntará si he desayunado y yo le diré que no.
vuelvo a sentir calor dentro de mi habitación. todos los días antes de abrir la puerta, cuando toco el manillar de la puerta, pienso que cuando se abra, no habrá nada, el resto de la casa no existirá. saldré y habrá un desierto, o una pradera verde infinita, o tan sólo un espacio blanco infinito.