martes, septiembre 26, 2006

día tres

el lago de cuitzeo es un mar. si lo aprecias desde lo alto puedes ver las distintas corrientes, y ves líneas rectas simulando calles y grandes avenidas como las de una ciudad.
en la ciudad de morelia, nos anochece y empieza a chispear. durante todo nuestro trayecto las lluvia nos ha ido acompañando, y lo seguirá haciendo.
en el coche, en los momento de silencio voy pensando en ti. no me molesta, pero nunca dejará de perturbarme.
paseamos por morelia, dudando si hacer noche aquí o seguir hacía guadalajara. cenamos, comemos o lo que sea. nuesttros horarios de comida son extraños, variabkles y muy caprichosos. en los soportales que miran a la calle principaly a la plaza donde está la catedral, iluminada con los colores verde, blanco y colorado, decidimos seguir hacía guadalajara.
de peaje en peaje y de tormenta en tormenta llegamos de madrugada, yo me paso todo el trayecto dando unas cabezadas.
encontramos un hotel, setecientos pesos la noche apróximadamente. nos marcamos un objetivo, iremos buscando hoteles mucho más baratos, mucho más sordidos.






*pienso que soy un necio por echar de menos madrid.
nuestro gran plan final en d.f. corre peligro. hubo un derrumbe en la carretera que une d.f y toluca. me temo que nos quedaremos sin lucha libre mexicana... una autentica pena. conservaremos las esperanzas. la ilusión es el primer paso hacia la decepción.