domingo, diciembre 24, 2006

bingo


anda despacio por la habitación, desnuda y preciosa. busca en los cajones del armario, remueve las perchas mirando con desesperación todas y cada una de sus prendas.
- no sé qué ponerme.
- no hace falta que te pongas nada. tienes el traje del emperador, el bueno, no el que utiliza el sastre para darle una lección. está hecho con una seda especial y los tontos no pueden verlo.
su risa es música para mis oídos. guardo sus besos debajo de mi almohada, conservo sus fotos para mirarlas una y otra vez. me estoy empezando a considerar un tipo afortunado.

han cantado bingo.