si el que conduce te mira a los ojos puedes cruzar, si no te mira, mejor te esperas. italo me da este consejo para los pasos de cebra, después de haber sufrido un atropello. el primer día veo cómo un coche hace doscientos metros marcha atrás. he visto una pirula que me hizo aplaudir y dar vítores al conductor, finalizando con un alto y sonoro ¡ole tus huevos!
en roma hay millones de motos y coches de miniatura… smart, antiguos fiat quinientos, y algunos que no sabría catalogar.
roma me parece el doble de grande que madrid, al menos a la hora de cruzar la ciudad en transporte público. ir en autobús hace que te sientas más seguro, eres el más fuerte y el más grande de la jungla.
los san pietrinos se clavaban en mis pies cómo si fueran cuchillos.