-¿has adelgazado?
-tienes que comer…
-estás muy delgado, ¿no?
-¡que poco has comido hoy!
-¿por qué no comes?
-te estás quedando canijo.
-come algo, hijo.
-estás perdiendo mucho peso.
-algún día tendrás que comer.
-¡que delgado estás!
-cómete eso.
-¡desayuna algo!
-no te vayas sin cenar.
-¿no te vas a comer eso?
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