siempre golpes. me despierto con esos golpes sobre mi cabeza, intento seguir durmiendo, pero nunca paran.
pom pom pom.
son las nueve de la mañana.
pom pom pom.
doy vueltas en la cama, me pongo bocarriba, hundo la cara en la almohada.
pom pom pom.
me levanto, cansado ya de los martillazos en mi cabeza, de los golpes incesantes sobre mi.
pom pom pom.
me ducho, los golpes siguen.
pom pom pom.
voy de un lado a otro de la casa, sin saber que hacer, ni cómo ocupar la cabeza para liberarla de los golpes.
pom pom pom.
me siento en el sofá a leer, ya sin sueño, sin ganas de volver a dormir. empiezo a leer una página, y ya no hay martillazos, y apostaría lo que fuera a que mañana a la misma hora empezarán, justo sobre mi cabeza, lo harán para despertarme y no dejarme dormir.
pom pom pom.