te fuiste y dejaste pesadillas en mis noches. mi cuerpo ahogado, una y otra vez, al cerrar los ojos, repitiéndose incansable. palabras sueltas, el roce de lo que fue tu piel rozándome, caricias furtivas, besos en la frente, pobres consuelos.
de ti heredé el miedo, las noches sin dormir, el sueño interrumpido, esta abominable tristeza, esta aborrecible vida.
te fuiste y quebraste mi vida.
alucinaciones suicidas, tiempo perdido, noches sin noche.
te fuiste, pero nunca acabas de hacerlo de forma definitiva. rasgándome sin querer la herida, sin hacer nada, permaneciendo impasible a mi lado, con cada acto que realizo, acompañándome a cada movimiento.
el caso es que te fuiste.