por las tardes me siento, miro a las nubes, moviéndose ordenadas por el viento. pensando en cuando era pequeño, y quería tocarlas, totalmente seguro que de verdad eran de algodón, creyendo que dormir sobre una de esas nubes grandes sería el sueño más placentero y reparador del mundo.
ahora pienso en subirme a una de esas nubes, y que me lleve lejos de aquí con el viento a favor.