fuera las legañas, puede que ayer nadie escuchará cómo tu motor se rompió, lo más seguro es que ni siquiera le importe a nadie.
nada de lo dije ayer sirve hoy. por momentos casi me olvido de cómo hay que ser, de cómo te tienen que ver. creía que tocaba la luz, y al final esa luz era fuego. fuego que hiere y me quema.
tu jamás me quisiste, unas voces me lo han dicho mientras dormía, y ya no te puedes defender.
ahora, herido hago planes en mi castillo, y juro y perjuro que no volveré, y todos sabemos que volveré.
absenta y cocaína, lo que sea necesario, lo que haga falta para conocerme y poder ponerme mis propios límites.
“usted sólo conoce la ciudad desde que la cruzó el tren, es muy diferente ahora.”