el hombre, por fin, vomita. ha llegado a su tope máximo. este tope consiste en: diez jarras de cerveza, cinco vodkas con limón, cuatro tequilas josé cuervo especial, tres patxaranes, y dos chupitos de nosequecojonesesenrealidad.
el hombre es capaz de comprar el cariño que le falta, es capaz de buscar en su cartera diez euros. ha descubierto que puede comprar el cariño que le falta, aunque luego se sienta culpable, aunque luego quiera desgarrarse la piel. de veras que ha sentido la necesidad de comprar ese cariño.
ahora observa los hilillos que cuelgan de su boca, y tiene la necesidad de que alguien le sujete la frente, y pagaría por ello. el hombre rompe a llorar mientras sigue vomitando, se siente pequeño, y es pequeño.
jamás podría describir el estado en el que se siente... a lo mejor tendría q haber aceptado lo que le ofrecieron mientras paseaba por madrid, y preguntar por la santa que le hace estar despierto todo el tiempo que él quiera.
el hombre no puede ponerse límites en estos momentos, consume sin poder parar. ha podido saborear una extraña sensación agridulce que baja por su garganta, ha podido encontrarse las venas en medio de la noche, ha podido estar bebiendo agua durante horas,...
este podría significar el fin de cualquier persona, pero a el hombre siempre hay algo que le salva...
nuevas aficiones de el hombre para la vida moderna: antes de entrar en tu casa quédate un rato en la azotea.