siempre seguirás siendo lo que quiera que seas en realidad. un páramo desierto, sin ningún ser humano que quiera habitar en él. no hay animales, ni insectos, no crecen plantas en el infierno.
cada vez vas muriendo más, el reflejo de la parca se empieza a intuir en ti, se va quedando grabado en tu cara.
el viento deja de soplar, te estás muriendo, cada vez queda menos gente a la que engañar.