una vez, isa me hablaba de una persona, sólo me contaba maravillas, y yo sabía que era abstemio.
-nunca te fíes de una persona que no bebe.
-¿por qué?
-porque seguro que tendrá peores defectos.
había una vez un señor en un pueblo del sur que tenía dinero, una persona influyente, se le creía un señor respetable. estaba casado con una mujer muy buena y guapa.
este señor era abstemio, y cada vez que abría la boca sentía la necesidad de sentenciar o de sentar cátedra.
al principio incluso hasta yo mismo pensaba que era una persona interesante, pasado el tiempo llegue a la conclusión de que era un necio.