nunca unos ojos me habían mirado así, haciéndome sentir que estoy a salvo, que pocas cosas importan, que por fin estoy en casa. esos ojos nunca podrían llegar a mentirme.
ella me cura, me cuida, y yo respondo bien al tratamiento, sin rechazar los órganos recientemente implantados.
apoya su cabeza en mi pecho, y su pelo se queda enganchado a mi barba como si fuera velcro.
a veces me pide que le lea algo, otras veces me invento cuentos para ella.. lentamente se va aletargando, hasta que le entra el sueño.
por fin he llegado, duermo placidamente