hemos establecido la pequeña costumbre, que no rutina, de mantener el mismo diálogo antes de que tu te metas en la cama. yo siempre estoy dentro de la cama antes que tu, mirando cómo te desvistes. te das cacao en la boca y siempre preguntas.
-¿quieres cacao?
y yo siempre respondo.
-ahora te cojo.