las señales hacían presagiar algún inesperado evento. la vida, como el péndulo de foucault, se aleja y se acerca, repite situaciones, incluso momentos parecidos a los anteriormente vividos, en los que se involucra a los mismo personajes principales de esa acción.
primero llegó el oído, ese sonido de días pasados, y recuerdas.
un día, un cruce de palabras, lo achacas a casualidades.
y de repente todo empieza a encajar, reaparecen personas, recuerdas sus caras. es esa música, acompañada por el olor a chanel, el juego de tus manos, tus dedos como pinzas pellizcando los tendones de mis manos. es el tacto de tu piel, la cama en el futón, las sábanas, las viejas cámaras de fotos.
es esa música. es todo culpa de esa música y lo bien que hueles a chanel.