todo pesa, los parpados, las sábanas, levantarme, levantar las persianas, calzarme las pantuflas.
el peso del cuerpo se multiplica, me han rellenado el cuerpo de plomo, a balazos, como cuando matan alguno del grupo salvaje al final de la película.
ni siquiera tengo ganas de quitarme el pijama, puede que me ponga un albornoz y vaya en pijama y albornoz por la calle, despeinado, hablando entre murmullos y chillando de repente sin venir a cuento.